martes, 28 de septiembre de 2010

SUEÑO

Dejé mi sonrisa colgada en la esquina de tu cama y mi corazón atado a tu brazo izquierdo. Luego despertaste de un salto y le dijiste a aquel dragón inerte que era hora de partir. El no dijo nada y yo solo atine a agarrarme las manos tratando de no despertar. Era demasiado tarde. Todo fue un sueño...

No hay comentarios: